La diabetes mellitus, factor de riesgo Cardiovascular
Para hablar de Diabetes Mellitus es importante que conozcamos que es la insulina. La insulina es una hormona producida por un órgano que se encuentra en nuestro abdomen conocido como páncreas, esta hormona se encarga de regular los niveles de glucosa en sangre. La glucosa es la materia que utilizan las células de nuestro cuerpo para obtener energía y cumplir con todas las funciones de nuestro organismo.
Nuestro cuerpo transforma los alimentos que ingerimos en glucosa por medio de diferentes mecanismos, y de esta manera, cuando nos alimentamos, se elevan los niveles de glucosa en la sangre y, por consiguiente, se libera la insulina del páncreas y así obtenemos la energía que nos ayuda a hacer todas nuestras actividades en el día.
Pero entonces ¿qué es la diabetes mellitus?
La Diabetes Mellitus consiste en una deficiencia en la producción de insulina por parte del páncreas (conocida generalmente como diabetes mellitus tipo 1) o por una resistencia de las células a la acción de la insulina (diabetes mellitus tipo 2), es decir, que la insulina que se produce es incapaz de reducir los niveles de glucosa en sangre; esto produce que los niveles de glucosa se encuentren por encima de valores normales y este exceso de glucosa es finalmente lo que genera el daño en diferentes órganos, como por ejemplo el corazón, el riñón, los ojos, los nervios y los vasos sanguíneos, entre otros.
¿Qué daño puede causar la diabetes en mi cuerpo?
El daño en los vasos sanguíneos es lo que comúnmente conocemos como ateroesclerosis, que consiste en la obstrucción del flujo de sangre a través de los vasos sanguíneos, esto reduce la irrigación de sangre a órganos vitales, lo que puede ocasionar daño renal con el riesgo de diálisis, daños en la visión, dificultades para la cicatrización de heridas y resolución de infecciones, riesgo de amputaciones, y eventos cardiovasculares como el infarto agudo al miocardio y los eventos cerebrovasculares.
Es posible prevenir la diabetes mellitus y evitar todas sus complicaciones; para ello, es importante mantener hábitos y estilos de vida saludables: hacer ejercicio cardiovascular de forma regular (mínimo 150 minutos a la semana), evitar el sobrepeso y la obesidad, evitar bebidas azucaradas y el consumo frecuente de dulces y postres, así como la realización de valoraciones médicas para detectar alteraciones de forma temprana.